El intercambio de conocimientos con colegas, los cursos-seminarios-congresos, las clases magistrales de catedráticos, el tráfico de ideas, informes, publicaciones y experiencias… resulta enriquecedor. A ello sumarles esas conversaciones de café, esas pláticas durante los breaks, esa mentoría que se puede recibir de forma no premeditada, esos tips que nos pasan, esas recomendaciones de «tenés que leer esto, tenés que asistir a tal curso, tenés que ver tal película, tenés que conocer a tal persona…»
El escritor y filósofo estadounidense, Eric Hoffer, dijo en una oportunidad:
La sociedad verdaderamente humana es la sociedad del aprendizaje, donde los abuelos, los padres y los niños son todos estudiantes.
El tren de nuestro aprendizaje no tiene estación final. Su trayecto es infinito. Entusiasma en sobremanera saber algo nuevo, cada día. Pero de forma paralela, también nos llega un flujo de información/invitación que alcanza niveles estratosféricos. Todas demandan nuestra atención. Y pensamos «hay tanto que no sé, hay tanto que no puedo abarcar, hay tanto… hay tanto».
En el siglo XXI los canales para recibir información son casi incontables. Estamos abombados. Y precisamos de un filtro, porque no todo lo que «toca el timbre» es digno de que le abramos la puerta. Hay que poseer olfato de sabueso para identificar lo que nos edificará en verdad, y lo que nos hará perder el tiempo [incluidas las horas de trabajo]. Hay que ser selectivos.
Escoger qué y quién dejamos que nos influencie, qué y quién se lleve nuestra atención, qué y quién nos ocupe, qué y quién incida en nuestras decisiones, qué y quién tiene la puerta abierta con un cordial «Adelaaaante, pasá nomás».
En suma, no absorbamos cualquier influencia. No aceptemos cualquier invitación. No invirtamos el tiempo en trivialidades. No le abramos la puerta a todos [puede haber un lobo vestido de oveja]. Estemos atentos por lo que tendrá un efecto positivo, por lo que nos hará mejores personas, por lo que esté alineado a nuestra escala de valores y prioridades. Al resto, enviarle a la caperta de «Correo no deseado» 😉
que lindo narucilla!!!!!!!!! de verdad es algo que tenemos que cuidar, que recibir y de quien recibir informacion o a que dedicarle la mayor parte de nuestro tiempo. Buena reflexión y personalmente muy oportuna 🙂 Sos de bendición
que lindo Naru…! es hermoso enserio y muy cierto..! cuando somos selectivos y atentos nos ahorramos de cometer errores y tomar decisiones que despues podamos arrepentirnos..! sea en cualquier area de nuestras vidas…..!! excelente Naru..!
Naru! muy bueno.. siempre atinando en todo!!.. es dificil decir que no, pero muchas veces hay que ser fuertes y mantenerse firme..
Excelente!
para mi que es la primera vez q leo este post! pero me viene como anillo al dedo, ultimamente estaba dando lugar a muchos consejos y comentarios de personas que según yo tenían mas trayectoria, y por ende sabían mas, en ciertos ámbitos en los que estaba tratando de entrar.. creo q como te escuche decir algunas veces (o te leí mejor dicho), hay que conservar solo lo bueno..=)