Uno no se enamora de su país por libros de texto o por comentarios de terceros; uno tiene que verlo, sentirlo, olfatearlo, descubrirlo, admirarlo, mezclarse entre su gente, empolvarse de él. En resumidas cuentas, ser su testigo presencial.
Decidimos acortar distancias, sentir el palpitar de todo. Sencillamente, acercarnos los unos a los otros.
Fue así que con un grupo de jóvenes, llamado PROtagonistas, fuimos parte de un tour de 48 horas en bus rumbo al sur de Paraguay. ¿La consigna? Conocer emprendimientos que, a través del arte, el turismo y la empresa, desarrollan a la comunidad circundante.
Primer alfiler en el mapa: la tierra de los irreductibles, Tañarandy [San Ignacio, Misiones]. Allí, Koki Ruíz nos abrió las puertas de su casa del corazón: el Teatro El Molino. Koki es un orgullo nacional, Artista con A mayúscula, que teniendo la oportunidad de vivir en París o New York eligió su amado San Ignacio para a través del arte desarrollar su comunidad; el principal responsable de que Paraguay -a través de Tañarandy- sea la tercera experiencia obligatoria en Semana Santa.
Allí estábamos nosotros, en las primeras filas del teatro, listos para escuchar de su boca un mensaje. Extrañamente, él mismo fue el mensaje. Su templanza, su humildad, su pausado hablar, su tranquilidad, su sabiduría y su paz nos mantuvieron fascinados a todos. Él, sentado en su butaquita, empezó a hablar sobre su niñez, sobre los hitos de su vida; luego nos dio una verdadera cátedra sobre historia paraguaya, cultura de los guaraníes, arte barroco, fe, y sobre cómo apasionarse por lo que uno hace. Hasta nos habló de lo que se siente el techaga’u, y cómo nada se compara con desgastarte por el bien común de tu país. Memorable.
Terminada la charla, a escasos kilómetros de allí, paramos para almorzar. En PROtagonistas creemos que la comida = amor. Hay nexos y vínculos que se fortalecen con los demás cuando compartimos un debate, comida de por medio. Es inexplicable.
Luego de la pancita llena y el corazón contento, pasamos al segundo alfiler del mapa: la plaza principal de San Ignacio. El desafío fue realizar charlas socráticas con las personas [y perder la timidez en el proceso]. La idea era preguntar y preguntar hasta «dar a luz» la verdad en los demás. Creo que Sócrates se hubiese revolcado en su tumba si nos escuchaba, jaja, pero logramos el objetivo de acercarnos, interesarnos por los demás y escuchar sus historias. No hubo rótulo de «soy de la capital» o «soy un outsider«, sino de «somos compatriotas».
Siguiente alfiler del mapa: Misión Jesuítica de la Santísima Trinidad [más conocida como «Las Ruinas», mote que quieren erradicar], a escasos kilómetros de Encarnación. El sol y la temperatura ideal que nos acompañaron durante el día, dieron paso a la luna llena y al fresquito de la noche. Llegamos a tiempo para disfrutar del show de luces y sonido.
Entramos en grupo, con una guía excepcional, que nos relataba la historia detrás de las «ruinas», que refrescaba nuestra mente con detalles vívidos e interesantes sobre la convivencia entre jesuitas y guaraníes. Recorrer este lugar tan histórico, con música barroca y sonidos ancestrales de fondo, fue una experiencia única. Si bien el paso de 400 años y el descuido provocaron destrozos y pérdidas en la Misión Jesuítica, pudimos completar «techos», «paredes» y «recovecos» en nuestra imaginación.
De allí nos llevamos varios aprendizajes. Entre ellos, contamos con guías turísticos de primer nivel [jóvenes]; hay que rescatar nuestra historia y cuidar nuestras huellas, porque tienen mucho que decirnos; viajemos más al interior del país y conozcámonos. Y, por supuesto, la declaración de nuestra guía al despedirse de nosotros: «Acuérdense de que en Asunción no termina todo. En el interior del país hay jóvenes que les pueden sorprender». Un akâpete para todos. País hacemos de Norte a Sur, de Este a Oeste.
Next alfiler del mapa: Hotel Papillón. Emblemático y remodelado. Para esa altura ya estábamos más cansados que la partera de los 101 dálmatas, pero no íbamos a dormir sin antes disfrutar de una cena deliciosa y del mini-concierto de un cuarteto de guitarras.
El bus estaba presto para salir a las 8.00AM nuevamente. Café aquí, tostada allá, y nos embarcamos rumbo al próximo alfiler en el mapa: Kressburgo, ubicado en el distrito de C.A. López [Itapúa].
Kressburgo es prácticamente una ciudad, pertenece al Grupo Kress, conocidos por sus jugos Frutika®. Visitamos la fábrica, las plantaciones y las oficinas. Impresionante. Sumado a eso, tuvimos el privilegio de ser atendidos por su directiva, Cristina Kress. La persona al frente de todo esto. «Tremenda responsabilidad», es lo que te pasa por la mente. ¿Y saben qué? Ella tiene 23 años.
Su papá fue quien empezó el sueño, hasta que falleció. Su mamá lo potenció y desde hace tres años, como gran heredera, ella está llevando al Grupo Kress a un nuevo nivel de crecimiento, y en el proceso da trabajo a los pequeños productores aledaños y trae progreso a su comunidad.
Hacer el recorrido de toda la propiedad era casi imposible en el tiempo que teníamos, sólo alcanzamos a ver atisbos del emprendimiento, con Cristina como «guía turística» al frente del bus. Su humildad, su gracia y su capacidad nos sorprendieron.
Llegado el mediodía, compartimos un asado. Las preguntas no paraban de llegar y Cristina, con paciencia, nos respondía cada una de ellas, sonrisa de por medio. Algunos aprendizajes: honrar el legado del trabajo de nuestros padres, creer en el país, arriesgarnos, emprender a corta edad, el dinero no lo es todo, ver los problemas como oportunidades, valorar a la familia, ser diligentes, capacitarnos, trabajar en equipo.
Las horas pasaron rápido, el próximo alfiler del mapa nos esperaba: Encarnación. Así fue que, subimos al bus -abastecidos de varios jugos- y continuamos. Pero, todo viaje esconde sorpresas e imprevistos. Estando casi a mitad de camino, el itinerario fue cambiado. Íbamos a dirigirnos a San Ignacio de vuelta. Koki Ruíz, el artista del primer alfiler, nos había invitado a todos los PROtagonistas a disfrutar de una obra de teatro negro llamada «Qué bella noche».
Esto fue lo más sorprendente. La directora era su joven hija, Macarena Ruíz. Logramos llegar 10 minutos antes del comienzo. Desde la «Bella Notte», la luciérnaga enamorada de una estrella, hasta el «Oh Happy Day!», desde el baile de las africanas hasta el «When the Saints Go Marching in»; desde la habanera hasta el «New York, New York» de Liza Minelli; desde el «Cascanueces» de Tchaikovsky hasta el baile chino, árabe y ruso… todo fue fantástico. Creatividad, juventud y talento.
Este tipo de teatro juega con las luces negras y los vestuarios coloridos, lo que no te permite ver caras y muchos detalles. La obra terminó con un can can y con luces «normales» que revelaron ante nuestros ojos al elenco jovencísimo. Todos fuimos parte de la ovación. Aprendizaje: jóvenes artistas, los necesitamos. ¿Quién mejor que ustedes para tocarnos el alma y para inspirarnos como pueblo?
Eran las 9.30PM. Asunción y las responsabilidades nos llamaban de vuelta. Fin del tour. El par de horas que teníamos en el bus lo aprovechamos para tertuliar, para hablar de nuestra resonancia, del eco que hizo en nosotros el viaje. Surgieron agradecimientos, valoraciones, impresiones, moralejas y hasta subastas [chiste interno].
Retornamos embarazados de un sueño. «¿Cuál es el sueño?», me preguntarán. Bueno, tengo una compañera en el grupo PROtagonistas, a quien valoro muchísimo y que cada día me sorprende más. Su nombre es Linda Vera [18]. Lean lo que escribió con respecto a este viaje, sobre todo, teniendo en cuenta su edad:
«Me llevo la fortaleza de darme cuenta una vez más que como paraguayos y paraguayas sólo nos hace falta creer en nosotros mismos, identificar potencial donde nos dicen que no hay; generar compromiso alrededor de una idea, fomentar la participación de todos, involucrar, sumar, animar y entregar nuestro trabajo con amor hacia los demás con compromiso, trabajo y fe, fe en lo que uno cree, fe en quienes nos acompañan y fe ¡en algo más grande que nosotros!»
«Aquí nos ven como un país corrupto, con desigualdad social, con baja calidad en la educación, con crisis políticas, con democracia débil y con tanta atmósfera negativa. EN EL SUR hay personas que creen que son PROTAGONISTAS de su realidad y de la transformación de ella».
«Este viaje inspira la idea de seguir creyendo en nosotros mismos y darnos cuenta de que EL PARAGUAY en verdad es el secreto mejor guardado de América Latina, aquí todo está por hacerse, depende de nosotros sumar, y llevar allá donde ya no crean en nuestros tres colores, la esperanza de que ¡¡sí se puede!!».
«Estoy agradecida por tantas atenciones y por mostramos ese país que a veces pensamos que no existe, la hierba crece de noche… ¡¡el Paraguay se levanta!! Sigamos creyendo PROTAGONISTAS».

PD: créditos de las fotos a Octa y Robert.
Excelente Naru!!! Excelente…
Sin lugar a duda sos un orgullo PRO!
Gracias por el regalo de este relato…
Fuerte abrazo!!!
«EL PARAGUAY en verdad es el secreto mejor guardado de América Latina, aquí todo está por hacerse, depende de nosotros sumar, y llevar allá donde ya no crean en nuestros tres colores, la esperanza de que ¡¡sí se puede!!”.» ME ENCANTO!! =) no tiene un blog? jajaja
http://ciudadanaplanetaria.wordpress.com/ este es Majo. Tenés que leerla 🙂
ya esta!! peeeeeeeero nadie te supera naru, he dicho..
cierto!!! increible naruuuu =)
NARUMI!!! PODES CREER QUE RECIEN LEO!!1 DIOS MIO SOS UNA IDOLA!! ME HICISTE ESTAR AHI POR MAS QUE NO HAYA PODIDO ESTAR. EN TU REDACCION TRASMITISTE CADA DETALLE!! ESPECTACULAR! REALMENTE TE DAN GANAS DE SEGUIR LUCHANDO PARA IR SALIENDO ADELANTE!! QUE GRANDE PROTAGONISTAS!