Era temprano en la mañana y la calle ya tenía un tráfico semi-caótico. Estaba en una subida, el semáforo cambió a verde, puse en primera, aceleré y dos segundos después vi cómo mi termito con café caliente puesto en el asiento del co-piloto voló y fue a parar al piso, desparramando el líquido sin piedad sobre la alfombra. ¿Mencioné que el semáforo dio verde y que estaba en una subida [auto mecánico]? Rápidamente quise recoger el termito pero los bocinazos impacientes me obligaron a continuar y presenciar impotente aquel derrame.
Mi primer pensamiento fue «@#~!%*». El segundo fue «¡Grrr, qué maaaal día!».
Dos cuadras después, en medio de mi pirevaísmo, apareció el tercer pensamiento: «¿Realmente es un mal día sólo porque se te derramó el café? Si sos consciente de lo que es tener un mal día, te reirías de esto, es más, lo agradecerías». Y allí, con la alfombra mojada y sin desayuno, me empecé a reír. Me reí con ganas, me reí mucho.
Seguido se presentó un cuarto pensamiento: «Contentamiento». Esa alegría a prueba de problemas. Esa resolución de gozarse a pesar de las circunstancias. Esa satisfacción nacida de la decisión.
«…he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación», Filipenses 4:11.
Este es Pablo hablando. Un hombre que tuvo días terribles y días gloriosos. Al igual que él, ¿nos animamos a tomar la resolución de contentarnos, sea lunes o viernes, sea en la multitud o la soledad, sea en la salud o la enfermedad, en la riqueza o la pobreza, en la presión y la tranquilidad? ¿Nos sumamos al desafío de proteger nuestro buen humor y nuestro entusiasmo hasta donde sea posible? ¿Nos atrevemos a impedir que el problema detrás de la esquina nos arruine el día?
A veces se torna difícil, lo sé. Hay jornadas donde nos aguardan noticias devastadoras, de aquellas que nos quiebran. Para esas ocasiones guardemos las lágrimas y la verdadera tristeza. Pero para el resto de los días, seamos agradecidos por el mismo privilegio de respirar y vivir, y quién sabe… hasta por el derrame de un café.
no hay un mal día que dure más de 24 horas…. O_O
Pero hay veces que es bueno tb llorar Naru, es como descargarse jejejejeje…
me reí!! jaja porq con una compañera del trabajo teníamos una teoría: era un buen día si no venían autos cuando teníamos que cruzar la calle (para ir a la panadería de la otra cuadra) y podíamos cruzar rápido..siiiii ya se,ree estupidisimo..ya me venía luego dando vueltas en la cabeza q era una pésima razón y ahora me confirman con esto =) que buen regreso!!! extrañaba esto =)
Es cierto que por pequeños accidentes insignificantes como que se derrame tu café en el auto, uno ya condena el día que no serà bueno. Como dice el dicho; con la boca se pide lo que se quiere… Es cierto que con detalles uno ya se irrita, pero no debemos olvidar que eso se soluciona, nos centramos en pequeñeces y perdemos tiempo, en vez de ser agradecidos a Papá Dios por la bendición de empezar un nuevo día en El y con El.
Me encanta Naruu por fin te tenemos de vuelta !!!
Ayyyy, Naru!! Es una nota para leerla a la mañana temprano y al final del dia, de todos los dias….me encanta.
Me gusta ser feliz, y no le doy el gusto a las cosas pequeñas ni grandes de arruinarme un típico día feliz. soy muy reflexiva y al analizar mis días malos de pire vai, ni cuando estoy con mi periodo me agarra un «hoy no me aguanto ni yo» famoso… pero el desafío creo, es permanecer así aún en días de noticias devastadoras. Que nos sensibilice la tragedia, el dolor, que sigamos siendo personas de acrne y hueso, pero no perdamos la seguridad de que el que sabe más que yo permite lo que me pasa, y que de cada situación yo soy la que sale ganando experiencia. Excelente Naru! Espero ansiosa el día de conocerte en persona. Te quiero mucho! de verdad!