Publicado en Viajes aleccionadores

Crónica de mi viaje posadeño


Prepárense para un largo relato cronológico de mi estadía por Posadas este fin de semana. Si bien los detalles a veces resultan aburridos, espero que puedan leerlo como una historia aleccionadora, espero que me acompañen hasta la «última estación del tren». En medio del relato encontrarán héroes anónimos, historias de mujeres ejemplares, homenaje a los valores familiares, la belleza de la unidad, la hospitalidad, la fuerza de un legado, el génesis de amistades, la felicidad de ganar, la entereza al perder y el valor de consejos sabios.

El pasado viernes a las 00.30, en medio de una molestosa llovizna y una sensación térmica de 7ºC, me subí al ómnibus de La Encarnacena™ rumbo a Posadas, Argentina. Estaba acompañada de Adri y Vero, mis compañeras de equipo de basket del Club Olimpia.

Este viaje no resultaba novedad para nosotras, ya habíamos ido varias veces a la capital de la provincia de Misiones para disputar torneos deportivos con Olimpia. La diferencia era que esta vez jugaríamos en categoría de refuerzo para el Club Atlético Bartolomé Mitre, un equipo posadeño. Parecía buena oportunidad, pero debido a otros compromisos y a la sobrecarga de trabajo, casi-casi no fui. Aún así, algo dentro de mí me impulsaba a intentarlo más; presentía que ésta sería una linda experiencia y que POR UNA VEZ dejara el peso de las responsabilidades a un lado.

No pensé defender otros colores que no sean el blanco y negro, pero me encantó pertenecer por un fin de semana a este equipo

Mi amigo José «Coco» Agüero me dijo una vez que en el blog escribo sobre la profundidad de lo cotidiano. Esta no es la excepción. Sin buscarlo intencionalmente, los aprendizajes empezaron a venir a mí y no los dejé pasar desapercibidos. «Tomé fotografías» durante toda mi estadía y este post es un álbum de esos momentos. Los detalles en las personas y las historias del lugar me dejaron fascinada.

Sigamos con la crónica. Después de 6 horas de viaje, al llegar a la terminal de Encarnación nos tomamos un café con leche caliente y tostadas en un restaurant aledaño para combatir el frío, mientras amanecía y llegaban nuestros anfitriones. Así fue que, conocimos al Profe Juan [nuestro DT] y a Claudia [la capitana del equipo]. Desde el primer instante sentimos la calidez de la bienvenida. Fuimos puestas al tanto de la situación del equipo y cuál sería nuestra función: la complementariedad. No veníamos a «robar» un puesto o a quitar la titularidad de alguien con más trayectoria, veníamos a sumar, a ayudar, a sudar la camiseta con el resto del plantel.

Mientras cruzábamos el puente San Roque González de Santa Cruz -tendido sobre el río Paraná- y llegábamos a la hermosa Posadas, pensé «Espero que podamos cumplir con las expectativas y cuando crucemos este puente de vuelta vayamos con la ‘misión cumplida‘ a nuestros hogares».

Luego de un breve traslado, llegamos a la casa que nos cobijaría como huéspedes: la casa de la mamá de Claudia y de Lorena [hermana de Claudia]. La señora vivía sola en un departamento. Su esposo había fallecido recientemente y había bastante espacio libre para usar. Realmente se percibía todavía en el ambiente una tristeza y un luto por la partida del señor Luis «Japonés» Martin, aunque fusionados con gratos recuerdos narrados cada tanto por sus hijas y su esposa.

Lo primero que hizo la señora fue entregarnos la llave del depto y darnos la libre potestad de entrar y salir a piacere.  Eso me impresionó, tratándose de completas desconocidas hasta ese momento. Su voto de confianza me habló muy bien de ella. ¿Conocen esa clase de personas que encarnan «Mi casa es tu casa»? Bueno, he aquí una de ellas.

A las primeras integrantes del equipo que conocimos fueron a las hermanas Claudia y Lorena, como ya les había mencionado. Ambas mujeres trabajadoras [de sol a sol], madres devotas [una de cuatro, la otra de dos], esposas dedicadas, apasionadas en todo, simpatiquísimas y dignas herederas del legado deportivo del padre. Cada gesto que tuvieron hacia nosotras fue loable. Nos abrieron las puertas de sus casas y de sus corazones, nos contaron sus historias [mate amargo y facturas de por medio], nos llevaron a almorzar un exquisito bife de lomito [un must do en Argentina], nos cocinaron pizza casera con mucho cariño y a pesar del cansancio del día. En otras palabras, nos malcriaron, jaja. 😉

Luego está el Profe Juan. No es muy c0mún, al menos en Paraguay, que tu entrenador se acerque a saludarte/felicitarte/alentarte de una manera tan personal. Al terminar el torneo, y tras perder la final, él nos buscó a mis dos compañeras y a mí y nos expresó palabras que se notaron que fueron muy sinceras. A mí me dijo algo que me caló hondo y creo que es uno de los aprendizajes más valiosos que traje en el equipaje de vuelta: «Ser excelente jugadora es importante, pero ser una excelente persona es lo más importante, eso es lo que cuenta, Japo» [apodo por mi ascendencia japonesa 🙂 ], me dijo agarrando mis cachetes y acercando su cara a escasos centímetros de la mía. Y es así:

El deporte termina tarde o temprano, el carácter perdura para siempre.

Un contra-ejemplo en ese sentido es Sol Dorado, el club archirrival de Mitre, que es portador de algunas jugadoras mala leche que empañan su buen juego por su intención de lesionar y de hablar con guarangadas. Mis compañeras y yo tenemos unos cuantos chichoncitos que lo atestiguan 😦

Volviendo a los lindos gestos, aquí va una de mis historias favoritas. La de un héroe anónimo del Club Mitre: Pedro o más conocido como Pedrito. ¡Un señor taaaaan bueno y atento! Él era el ayudante del profe, el que nos hidrataba durante el partido, el que nos secaba el sudor de la cara con su toalla de una forma tan atenta, el que nos daba el abrigo para no enfriarnos [tuvimos bajas temperaturas todo el tiempo allá], el que limpiaba la cancha después de que todos los equipos, árbitros y espectadores se retirasen.

«¿Cómo amaneciste, Pedrito», le pregunté una mañana. «Bien, bien. Estuve limpiando anoche hasta las dos de la madrugada para que hoy esté todo en orden. Repasé la cancha. Ordené las sillas y tiré toda la basura que quedó en las graderías. Luego fui a casa caminando, acá a unas 10 cuadras, pero estaba fresquito y lindo el tiempo para caminar», me respondió.

Me quedé mirándole y pensé «quizá nadie se da cuenta de que la cancha hoy amaneció impecable y de que Pedrito tuvo pocas horas de descanso. Nadie se percata de que en los vestuarios los equipos siempre están listos y ordenados por números, de que el agua está disponible, de que tras todos esos detalles hay un hombre [cerca de los setenta y algo] que silenciosamente hace su labor MUCHO MÁS ALLÁ de las retribuciones… y que lo hace con la mejor actitud. Héroe anónimo. Se cumple el versículo bíblico «Lo que se siembra, se cosecha», porque ahora Pedrito emprenderá la aventura de una nueva y mejor etapa laboral y seguro que cumplirá su trabajo con la mejor predisposición.

Por una cuestión de tiempo -del lector- y de espacio, no podré dedicar un reconocimiento a cada una de las compañeras de Mitre. Pero créanme que de todas me llevo un lindo recuerdo y un rasgo destacable de su personalidad. Desde la más extrovertida hasta la de pocas palabras. Desde la que más minutos tenía en cancha hasta la que quizá no tenía oportunidad de ingresar a jugar pero alentaba desde el banco. Observé actitudes y reacciones muy buenas.

Argentinas y paraguayas unidas y jugando juntas. Lo lindo del deporte

¡Y aprendí a tomar MATE! Quienes me conocen bien saben que JAMÁS tomo mate, pero me intrigaba que el 100% del equipo sí o sí lo hacía, entonces por una cuestión de influencia grupal yo también quise, jaja. Me resultó amaaaargo y lentísimo tomaba porque me quemaba la lengua, pero después le agarré la onda 🙂 ¿Tomaría un mate de vuelta? Eeeeeeh, sólo en Posadas, jaja.

Bueno, todo viaje tiene su tiempo de relax. El Posadas Plaza Shopping, ubicado en una esquina céntrica, fue una opción. Recorrer cada cuadra del centro también fue catársico. La arquitectura de las plazas y las iglesias es muy interesante, la zona de la costanera es como la más moderna, y los cafecitos son de lo más coqueto [ideales para una pausa en el día]. No tuve tiempo para leer, lo cual es rarísimo, pero haciendo honor al post «¿Leer personas?», estuve leyendo bastaaaaaaaante, if you know what I mean.

En lo que respecta a la tradición basquetbolística de Posadas, diría que es bastante fuerte y la gente recurre a la cancha. A Mitre le fue bien en el torneo. Creo que, para no haber jugado antes con ellas, pudimos entendernos en la cancha y ganar así los partidos. Llegamos hasta la final, donde lastimosamente perdimos. Los minutos finales dejamos hasta la última gota de sudor en la cancha y marcamos presionando cada centímetro. Logramos acortar distancia, pero el tiempo nos jugó en contra. De todas maneras, les hago una confesión: siendo una olimpista ité, sentí la camiseta de Mitre. La quise honrar, quise respetar su historia y a su gente. Si les mostrase todos los moretones que me quedaron como secuelas, se asustarían, jaja. Pero, valió la pena esforzarse por un club así.

Última anécdota: cuando llegó la premiación, hubo un momento donde se homenajeó al fallecido Sr. Luis Martin [el  del comienzo de esta crónica, el papá de Lore y Clau, el esposo de la señora en cuya casa nos hospedamos, el hermano de nuestro entrenador]. Fue muy emotivo y las lágrimas resultaron simplemente… incontenibles. Nunca conocí al señor, pero vi en familiares y amigos, el legado positivo de su vida. Y en el largo aplauso de la gente se notó lo mismo.

Un momento muy emocionante

Espero que esto no suene arrogante, pero he viajado a lugares más «interesantes», y Posadas parecería que no puede competir frente a esto. Entonces, ¿por qué el protagonismo y el espacio aquí en el blog? Justamente porque no se trata de la demografía ni de los paisajes idílicos, no se trata de las actividades en sí, ni de la cantidad de cosas que se compran a posteriori; para mí se trata siempre de las relaciones interpersonales, de la gente a la que una conoce, de la riqueza humana que una encuentra.

Simplemente me resta decir que, si algunos de los protagonistas lee esto, sepan que les agradezco por un fin de semana «aparentemente» simple, pero que resultó, para mi sorpresa, en días inolvidables.

8 comentarios sobre “Crónica de mi viaje posadeño

  1. Naru, como haces?, encerio para que algo tan extraño para mi, porque ni juego basquet, ni tomo mate ni conocí a las personas que mencionas me emocione hasta casi largar lágrimas? jajaja Me imagine cada una de las cosas que describís, que capacidad para escribir! quisiera poder imitarte algun dia jeje. Saludos

  2. Hola naru no tuve la oportunidad de hablar con vos, pero si con vero y adri. La verdad es muy lindo todo lo que escribiste, es impresionante como en tan poco tiempo podes entender y conocer tantas cosas del equipo.Yo jugue durante 3 años en mitre y por diferentes situaciones termine jugando en guaraní, es un grupo muy unido, fieles a los colores de su camiseta y sobre todo excelentes personas. «Japo» fue un grande en el basquet, siempre concurria a las canchas y era una de las voces que resaltaba en cada partido hinchando por nosotras. El «heroe» es un genio, nunca conocí a una persona tan atenta, amable y cara de malo jaja como el;me gusta la frase de Lo que se siembra, se cosecha bien merecido lo tiene. Bueno me alegra mucho que hayas pasado tan bien aca espero que se repita…Besos saludos a las chicas.
    PD: Vengan en verano asi prueban el tere de jugo jajjaja.Aca de agua no toman mucho somos pocos los fieles jaja.

  3. naruuuuuuu!!!! me encantoooooooooo!!!! muy liiiindo lo q escribiste!!!!!…la verdad!!!!!!!!
    nstras tbm la pasamos muy bien!!!! con uds!!!…
    La verdad agradezco al deporte q me permite siempre conocer a gente nueva!!!! y compartir momentos muy lindos e inolvidables!!!!!!!!
    me alegra q uds se hayan sentido bien! con toda la flia de Mitre!! y todo lo q decis es muy cierto!!!!
    pedrito es un groso!!!!!!
    al igual que el Sr.Luis Martin!!! una persona excelente!!!!!!! q siempre respaldo al bsqt femenino!!!!!! una persona q apreciaba mucho..porq siempre me brindaba su apoyo tbm..
    Bue..naru..como veras no soy nada buena escribiendo! me sorprendiste!!!! y casi caen las lagrimas!! jeje 😛 espero podamos algun dia volver a encontrarnos en una cancha de bsqt!!!!!!! 🙂

  4. naru!! japo… al igual que para vos, adri y vero, para mi tb fue una nueva experiencia haber jugado para Mitre, a diferencia que uds juegan al basquet de manera increible… todavia tengo la «piel de gallina» wow!!!! cuanta emocion!! y en tan poco tiempo… es hermoso cada detalle de lo que escribiste y sin dudas hace replantearse muchas cosas..
    que vos, siendo de otro pais, perteneciendo a otro club, hayas «sentido la camiseta» de la manera que mencionas realmente es admirable… sin dudas el aporte de las 3 ha sido meritorio!!n (aplausos!! 🙂
    es increible como en tan poco tiempo se puede apreciar a la gente… Posadas, y cada una de las jugadoras del club Mitre junto con aquellas que pertenecen a otros clubes de la provincia quienes hemos tenido el gusto de conocerlas se sentiran honradas con la presencia de cualquiera de uds.. asi que no duden en regresar cuando gusten!!…

    conorte ha sido un placer naru!!! =) un beso enorme!!!

    x tu simpleza, gracias!!

    🙂

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