Ni siquiera lo planeamos mucho. Nos subimos al auto y manejamos hasta la ciudad de Areguá para desconectarnos de todo y de todos [aunque admito que actualicé mi status de Facebook varias veces, jeje].
Experiencia fantástica: numerosas tiendas de cerámica, artesanía, sitios históricos, museos, exposición de pinturas, iglesias antiguas, bibliotecas, Cerro Koi, Estación Terrena, asado al tatakuá con sopa paraguaya y ñoquis, caminata, lago Ypacaraí, fresquito, verde por todos lados, convento de Carlota Palmerola, estación de tren, y por supuesto: FRUTILLAS.
En 6 horas hablé con varias personas y miré fascinada cada rincón de Areguá. Era miércoles 29 de setiembre. Un feriado. Me parecía raro que mi celular no sonaba, que no tenía en la mente un pendiente que entregar, un lugar al que asistir, un compromiso que cumplir. Nada de eso. No había deadlines, ni exigencias, ni tareas. Hermosa sensación de tekoreísmo.
Últimamente los fines de semana ya no son tanto sinónimo de descanso o tiempo familiar. Para mí al menos. Nos llenan y nos llenamos de actividades. Y si decidimos faltar a algunas de ellas nos sentimos culpables por la irresponsabilidad y terminamos no disfrutando plenamente lo que decidimos hacer a cambio. Hasta Dios descansó el séptimo día, valga la aclaración. Quizás nos dejó un ejemplo importante al hacerlo.
Amé ese día en Areguá. Porque pude disfrutar tranquilamente con mi familia, sin presiones. Todo podía esperar. Vivimos el momento y nos alegramos por las pequeñas cosas.
Esta ciudad es hermosa, pero más hermosa fue la actitud nuestra. Ya lo dice la frase de Marcel Proust: «El verdadero viaje consiste no en buscar nuevos paisajes sino en tener nuevos ojos».
Quiero volver…
q cierto lo q decis naru!! no hay mejor descanso q uno como este y en lugares tan hermosos como los nuestros! me encanta!!
mi naru.. comparto contigo esto.. una vez viajamos a guaira en familia.. vimos el salto suizo y caminamos bastante en los cerritos.. dijimos que ibamos a hacer una rutina y conocer una vez al mes algo de nuestro pais! JAMAS volvimos a hacer por las actividades de siempre.. asi que te entiendo.. es un recuerdo hermoso! porq fue asi tambien, algo improvisado y de hecho hasta nos quedamos un dia en un hotel rustico de alla (parecia aleman) y me encanto.. hay que hacer eso de vez en cuando! vos mi hija mas que nadie jajaja mas responsabilidad que diversion es tu vida a veces… te entiendo!!!